miércoles, 16 de enero de 2008

Del vaqueano y su perdida

Luego de Chihuahua, a donde arribamos en bus, partimos hacia CREEL.
Llegamos luego de varias horas.
Creel es muy pintoresco, pequeño y como todo México, con mucho color.
Allí nos alojamos en CASA MARGARITA, un hostel que esta frente a la iglesia, muy cómodo y principalmente atendido por gente super linda y un lindo y variado ambiente de gente que ama viajar. Gente de todas las edades y de todo el mundo.
Allí conocimos a Etienne y su familia de Canadá. El tiene un vivero y hace parquización, su mujer trabaja con el y tienen 3 niños, de 7, 5 y 1 año y medio.
Como en invierno "no hay nada que hacer" por que se tapa de nieve, cierra la llave del gas y viajan 4 meses. Ahora están bajando en su auto desde Canadá a Panamá, el pasado año recorrieron por 4 meses todo Asia.
En fin, se puede viajar con chicos!
Ahí pasamos Navidad.
Navidad muy serena, aquí no exploto curiosamente ningún "cuete" y a las 10 de la noche el pueblito, luego de un sincrética misa e la catedral, parecía un desierto.
Así que luego de cenar los 15 extranjeros alojados en el hostel, salimos a caminar y cuando supusimos las 12, un abrazo, Feliz Navidad y a dormir.
A Creel lo recorrimos todo en los siguientes días y caminamos por el Valle hasta el lago Arareko pasando varios sembradíos de maíz que tienen los Tarahumaras.
Aquí compartimos foto de la Iglesia del Creel y del Convento San Ignacio, cerca de un lugar increíble llamado Valle de las Ranas y Valle de los Hongos que son formaciones rocosas impresionantes.


Del vaqueano y su perdida
Caminábamos en dirección al Valle y el Lago Arareko.
Hay unas excursiones que te llevan por la ruta asfaltada y luego toma el camino de tierra ue lleva a ese sitio.
No nos gustan las excursiones, porque todas, son tours veloces donde pasan a una veintena de turistas dejándoles el tiempo necesario para tomar una fotografía del lugar antes de seguir a la próxima parada. Fotografía de hecho que han de tomar con buen pulso y buena máquina, pues a la velocidad que se realiza el tours, si el turista no se apresura la foto le sale movida. El tour va acompañado de un simpático y entrador guía con un nivel altísimo de credibilidad, más o necesariamente de conocimiento. Esa fatal combinación lleva a que en la búsqueda de atractivos turísticos se produzcan los mas descabellados inventos "historicos/geograficos". Así aparecen la PIEDRA DE LA FERTILIDAD, una gran piedra donde bajan a los turistas y tras un invento grandilocuente esa piedrota vertical con forma de pene erecto cobra una fuerza mística que luego se potencia el los relatos de los que han pasado por allí. En fin, es un proceso que se me hace sumamente divertido. Si alguien escribiría la historia de los lugares contada por los guías, creo que seria un libro auténticamente bizarro.
"Por aquí paso...", " aquí durmió..." "la piedra aquella cayó de marte"...
Regresando al punto.
No vamos nunca en tours.
Esa mañana decidimos ir al lago Arareko, pero..."yo, criado en el campo, conocedor de senderos, seguidor de rastros... para algo me tienen que haber servido tantos campamentos de verano en mis años de "lider" en el Parque Balneario en mi ciudad, Rafaela, seguramente, pensé... en mi interior aventurero esta, quizás dormida, tanta enseñanza del "profe" Arener, tanto fuego prendido con 2 fósforos, tanto huevo frito cocinado sobre una piedra, tanto chuparte el dedo, levantarlo al aire y descubrir de que lado viene el viento según el costado del índice se seque"... en fin. Por la ruta? No, ruta, no. Por el Camino? No, un aventurero se aventura. Nosotros vamos a cruzar el cerro en dirección del sol. A campo traviesa, así el camino de 22 km se hacen 11 km. Pasamos el cementerio y al final del mismo, bajo una enorme barranca, junto a una línea de arbolitos, un hombre sentado, nos dijo..." ahicito" siguiendo ese camino. El gesto de su mano no me dejo muy claro si era derecha, izquierda, arriba, abajo, para alla, para acá o quien carajo saben para donde. Pero algo parecía más " camino" que el resto del monte.
Por ahí arrancamos, El camino dejo de ser camino y luego de 2 horas de andar, bajamos el 3er cerro y dimos con el primer Valle.
Ahí pasamos junto al Valle de las Ranas, y el Valle de los Hongos, curiosa formaciones rocosas a las que el viento a través de miles de años, les tallo esas caprichosas formas.
Unos kilómetros mas adentrándose en el Valle, esta el convento Jesuita de San Ignacio y luego nuevamente el cerro.
Pudimos girar la vista a subir y contemplar la inmensidad de ese valle que es realmente impresionante.
Seguimos caminando, atravesamos el tercer cerro, entre piedras y árboles y nuevamente un Valle.
Mi referencia, el sol, estaba arriba, fuerte, brillante en un cielo totalmente celeste, proyectando nuestras sombras bajo nuestros pies, eso me indicaba que eran aproximadamente las 12 del mediodía... y que también nos estábamos cagando de calor ya que yo en mi porfía por estrenar un sobretodo de lana cosido a mano que compre a una artesana, a esta altura traspiraba gotas del tamaño de mi dedo pulgar.
El valle era increíble, pequeños sembrados, y unas 3 o 4 casitas distantes unos 2 mil metros una de otra. Un par de burros que se veían de lejos y 2 personas que a los lejos, podíamos divisarlos. Nuestra salvación!!
Caminamos en dirección de ello que curiosamente venían en dirección a nosotros.
Lo extraño es que el valle era muy amplio y sin ningún camino, sino pastizales y pantanos, por ello era curioso que esas personas, a campo traviesa vengan exactamente hacia nosotros.
La razón?
La descubrí cuando los tuve a unos 500 metros.
Dos alemanes, más perdidos que nosotros dos.
Cuando nos cruzamos, las esperanzas de los 4 sucumbió.
Ahora éramos 4 los perdidos.
Ellos aseguraban venir desde donde yo estaba seguro que estaba el lago y que al otro lado de esos cerros no había tal lugar acuoso.
Decían que venían de caminar como 1 hora en esa dirección. Pero...yo estaba seguro que desde lo alto del anterior cerro, había visto lejos, un brillo que me parecía el reflejo del sol en un gran espejo.
Pero dude y cambiamos la dirección. Pasamos por 4 de las casita, en las que no había absolutamente nadie, pasamos pastizales y charlos de pantanos que me humedecieron las alpargatas (adema ese día, me olvide de cambiármelas y tenia la " de salir", que quedaron " de tirar"). Nada indicaba un camino y de tanta vuelta había perdido la noción de, incluso, volver.
Los alemanes aseguraban un "para alla" pero no me convencía, así que decidimos separarnos. Ellos se perdieron detrás de un cerrito al oeste y nosotros fuimos camino a mi reflejo.
Luego de una hora de andar, divisamos un señor cuidando en medio de la nada unas 15 o 20 ovejas.
Hacia el caminamos.
Como anda jefe?
Me miro y me dijo algo que no entendí.
Sonrió.
Tenia un palo en la mano y un sonrisa linda, Su cara bien arrugada.
El lago para donde queda?
Me responde muy amablemente explicándome hacia donde era.
El único inconveniente fue que su explicación fue en tarahumara y yo en mis años de campamentos eso no lo aprendí, así que... NI IDEA QUE ME DECIA EL AMABLE SEÑOR.
Preste atención a sus gestos de manos y fuimos en esa dirección. Nuevamente el cerro y el monte.
Ya eran las 3 de la tarde y pudimos llegar a lo alto.
Desde ahí pude ver como los árboles cambiaban de color y recordando algunos capítulos del DYSCOVERY CHANEL, recordé que la flora cercana a espejos de agua es diferente. Así que bajamos en esa dirección y finalmente, luego de unos 45 minutos LLEGAMOS!!!
El lugar, hermoso, un lago azul enclavado entre árboles con paredes de roca que mueren en sus márgenes
Lindo.
El regreso?
Ahora si por la ruta.
Agradecí mi porfía, cuando baja el sol la temperatura cae contundentemente y sino fuera por él me hubiese muerto de frió.
Una camioneta, nos levanto pasados unos kilómetros y nos trajo finalmente a CREEL.












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